Novak Djokovic vuelve a impactar, no sólo por su extraordinaria actuación en el Abierto de Australia donde se enfrentó a Alexander Zverev en un acalorado partido de cuartos de final, sino por la épica rabieta que protagonizó durante el partido que lo dejó ganador.
Una raqueta destruida, tres marcas en el piso y un retraso en el encuentro fueron el resultado final que dejó el descontrol del tenista después de devolver un servicio clave en el tercer set que terminó en la red.
Después de la maniobra, Djokovic exhaló un estruendoso grito que resonó en toda el lugar, para después estrellar furiosamente su raqueta en la cancha, una y otra vez, hasta que caminó hacia su banca donde arrojó los restos de su instrumento al suelo.
Tomado de: Unotv.com
