CDMX.-Empresas chinas han apostado, en los años recientes, por la transición energética de México, financiando parques solares y eólicos en estados del norte del país. Estas inversiones, autorizadas por la Comisión Reguladora de Energía (CRE), representan una oportunidad para combatir el cambio climático y fortalecer la autosuficiencia energética.

De esta forma, la creciente parálisis en las operaciones financieras entre ambos países amenaza con frenar o suspender algunos de estos proyectos. La incertidumbre regulatoria y las trabas para ejecutar pagos internacionales generan alertas entre inversionistas, lo que podría ralentizar obras en curso o limitar futuras expansiones.

Si el entorno bilateral no se estabiliza, México corre el riesgo de perder capital clave para modernizar su infraestructura energética y generar empleos en regiones que hoy dependen de estas inversiones.

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