Robert Francis Prevost nació el 14 de septiembre de 1955, en la ciudad estadounidense de Chicago. Hijo de Louis Marius Prevost, de ascendencia francesa e italiana, y Mildred Martínez, de ascendencia española.[4] Tiene dos hermanos, Louis Martín y John Joseph.
Realizó su formación secundaria en el Seminario Menor de los PP. Agustinos, graduándose en 1973. En la Universidad Villanova (1973-1977), obtuvo el grado en Ciencias Matemáticas, junto con una especialización en Filosofía.
Estudió en la Unión Teológica Católica – Chicago, donde obtuvo una maestría en Divinidad (en Teología), con mención en Misión Intercultural, en 1982.
Posteriormente se trasladó a Roma para proseguir sus estudios en Derecho canónico en la Universidad Angelicum, donde obtuvo la licenciatura en 1984, y luego obtuvo el doctorado con mención «magna cum laude», con la tesis titulada: «El rol del prior local de la Orden de San Agustín» (1987).
Es políglota, pues habla el inglés, español, italiano, francés, portugués; y lee el latín y el alemán.[5]
El nuevo Papa nació en Estados Unidos… ¡pero también tiene nacionalidad PERUANA! Por décadas sirvió a Dios en Perú y conoce a fondo el corazón de Latinoamérica.
Es migrante, como millones de personas en el mundo. Su historia cruza fronteras, idiomas y culturas. Y hoy su elección envía un mensaje de esperanza a todos los que han tenido que dejar su tierra:
Dios también camina con los que migran.
Aquí te contamos por qué su elección está conmoviendo al mundo entero:
1. Es el primer Papa con nacionalidad peruana.
Aunque nació en Chicago, su amor por Perú lo llevó a aceptar la ciudadanía. Su conexión con América Latina es real y profunda.
2. Pasó gran parte de su vida en Perú.
Sirvió más de 20 años en misiones, parroquias y comunidades, especialmente en zonas humildes. No vino a imponer, vino a aprender y acompañar.
3. Antes de llegar al Vaticano, fue obispo en Chiclayo.
Allí se ganó el cariño del pueblo con su cercanía, su humildad y su trabajo incansable por los más necesitados.
4. Es agustino.
Pertenece a la Orden de San Agustín, famosa por su énfasis en la comunidad, la reflexión y la búsqueda de la verdad interior.
5. Fue líder global de su congregación.
Antes de ser obispo, fue el superior general de los agustinos en todo el mundo. Lo conocen en Asia, África, América… y lo respetan.
6. Es un hombre de rostro sereno y palabras suaves.
Siempre ha preferido escuchar antes que imponer. Quienes lo conocen dicen que su mayor fuerza es su compasión.
7. Conoce el dolor de los pueblos olvidados.
En Perú trabajó en zonas rurales, entre comunidades indígenas, en lugares donde muchas veces ni el Estado llega.
8. Tiene una visión universal, pero con alma latina.
En Roma evaluaba obispos de todo el mundo, pero nunca perdió su amor por la gente sencilla, por los que no tienen voz.
9. Habla perfecto español… ¡con acento peruano!
Muchos se emocionaron al escucharlo hablar como un peruano más. Eso rompe muros y acerca corazones.
10. Es un Papa que huele a pueblo.
No viene del poder ni del privilegio, viene de las calles polvorientas de América Latina. Por eso, su elección es un símbolo de esperanza para el Sur Global.