Bastante notorio resulta el aumento de las actividades en la agenda de Beto Pérez, pues ya metió el acelerador. Literal…el edil metió el acelerador y le costó haber dado un par de volteretas. Sí, en su auto de carreras dentro del circuito de terracería. Por supuesto. Nada grave sucedió.

Pero también anda revolucionado y potenciado con Nitro aún fuera del tubular.  Se le ve de un lado otro y de evento en evento, a mañana y tarde, todo bajo una estricta coordinación de fechas y espacios.

La reelección no es cosa menor y sabe que está en juego su permanencia en el edificio de la Allende y Melgar, así que hará lucir el trabajo de su administración, aun y cuando algunos de sus colaboradores poco le abonan para alcanzar las metas trazadas.

 

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Por cierto, la discusión está en puerta. Ya preocupa al interior de palacio municipal el surgimiento de inconformidades con el asunto del recién creado Consejo de Asociaciones Civiles.

El pleito no es por la composición, sino por las reglas que marcan la distribución de los recursos que próximamente se van a asignar a las asociaciones. Hay quienes son conscientes de que están muy nuevos en estos menesteres y que no alcanzan ciertos parámetros.

Pero hay otros de trayectoria -con buen historial de trabajo- que no están conformes porque parece que los fondos -el grueso- va sólo para un puñado de beneficiados, dejando descobijados a decenas de pequeñas asociaciones que están -sin duda- aportando a los más desprotegidos de la comunidad.

 

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Una reflexión del PRI, de los propios priístas de cepa, es que efectivamente ese instituto político no ha sabido ser oposición; que realmente no lo sabe porque es un partido hecho para ganar elecciones y no para perderlas.

Con ese tipo de reflexiones y otros antecedentes del entorno local y regional, en medio de buenos ánimos se recibió al nuevo delegado distrital Javier López Arteaga, quien tenderá los puentes necesarios para la cohesión del partido y fortalecer la campaña, tanto federal como local.

Un mayor ánimo le inyectó al priismo local -según parece- fue la designación de Rafael Martínez como delegado para el distrito local y por supuesto como apoyo de la elección a la alcaldía y la sindicatura.

La participación de “Cheque” Martínez permitirá -es lo mas seguro- compactar el camino para sumar a ciertos actores políticos que se han retirado del PRI, no de los que se fueron a Morena, sino aquellos que están tatuados con las siglas, pero que por alguna razón se hallan como simples espectadores del proceso electoral.

 

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En Guerrero el género movió todo el escenario para los aspirantes panistas, quienes ya traían camino recorrido en las artes del convencimiento.

De confirmarse, la diputación local y la alcaldía no son más para Almeida ni para Ponce, lo que complica las cosas para esa fuerza política, sin contar que algunos actores importantes ya habían abandonado ese barco.

Hasta aquí la entrega de Hoy.

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