A 40 días de la elección y a vuelta de la esquina el arranque de las campañas locales, el proceso promete ponerse intenso y seguro habrá de todo en esta etapa que más prende a los seguidores de los partidos y, a uno que otro simpatizante.

Por lo pronto, al mediodía de hoy, Beto Pérez presenta la formal solicitud de licencia para ir en búsqueda de otros 3 años más como principal inquilino del edificio de la Allende y Melgar. Ya tiene todo esbozado incluida la lista de funcionarios de primero, segundo y tercer nivel que se van a ir con él a gastar suela.

Hablando de campañas, la cifra de asistentes al cierre del Festival de las Tres Culturas -al menos la anunciada desde la parte oficial- fue de 23 mil personas, aunque en realidad llegó a unas 20 mil, pero la cifra difundida es una especie de mensaje cifrado, icónico con respeto a la elección del próximo primero de julio.

Quienes dominan los temas electorales y electoreros, dicen que la cifra representa algo así como la meta de Beto en las urnas, pero que además la aspiración va más allá de un juego de números con los que está sustentando la reelección, al menos en el papel y en base a las acciones realizadas por su administración en poco más de año y medio.

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Silla nueva por favor, no es una alegoría de quien en horas se instalará al mando del Municipio de acuerdo con el Código Municipal. Ya está la orden -de hecho desde hace tiempo- de Enrique Medrano para que le sea colocada un silla a modo en el despacho presidencial.

El suplente -con un pie adentro- ha tomado sus providencias a efecto de llegar y darle su sello personal. Lo de la silla, es debido a su estatura y las dimensiones del escritorio principal, sin embargo a leguas se nota que está a nada del ladrillo, al menos así lo ven algunos otros de los inquilinos de palacio.

Es así como se han fundado una serie de chismes de oficina, en los que señalan que Medrano adoptará una postura muy diferente, lo que ha puesto nerviosos a más de tres.

Desde luego que cada individuo tiene sus propias filias y fobias, así que tiempo al tiempo.

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Con un liderazgo no disminuido, pero que no alcanza a rendir en el distrito, Yako Rodríguez comienza a darse cuenta que la pelea está entre dos y que no es uno de esos protagonistas. La estrategia parece no dar luz al final de la jornada ni con el efecto de AMLO.

Los movimientos que ha encabezado a lo largo de los años le han dado a ganar simpatías pero también enemistades, muchas de las cuales se han proyectado recientemente en redes sociales, algunas relacionados con tratos de carácter comercial y documentos de tipo bancario.

Para sus detractores, la bandera que Yako ha sacado con relación a su seguridad personal y el supuesto precio que pusieron a su cabeza, es un viejo truco para impulsar y ganar un poco de terreno.

Lo cierto es que el asunto no debe desestimarse e incluso requiere marcar un antecedente ante las propias autoridades electorales.

Bien. Hasta aquí la entrega de Hoy.